PRECIPITACIÓN NECESARIA PARA LA PARCHITA





El agua es el principal constituyente del fruto (80-95%) y las funciones relacio­nadas con la obtención de frutos de calidad, como la actividad fotosintética, el transporte y metabolismo de las sustancias (azúcares, ácidos), la estructura (es­tabilidad, elasticidad) y turgencia (forma y tamaño del fruto), están íntimamente relacionadas con su suministro.
En las especies frutícolas como la parchita, en las que la floración y la fructificación se presentan durante todo el año. La precipitación debe estar bien distri­buida en todos los meses, especialmente donde no hay facilidad para el sumi­nistro de riego adicional. Cuando falta el agua en fases críticas, como brotación de yemas florales, fecundación, cuajado y llenado, los frutos se quedan pequeños o se caen. El estado de mayor demanda de agua por el fruto es durante su llenado; en la maduración se requiere en menor proporción. Un suministro equilibrado de agua asegura

un contenido adecuado de carbohidratos y ácidos en el fruto al mo­mento de la madurez y menor velocidad de degradación durante la poscosecha.

Durante el período de floración, la lluvia debe ser mínima, ya que cuando el polen se moja, se revienta y pierde su función. En los climas húmedos y lluviosos se puede presentar ablandamiento de la corteza del fruto.